Por qué simplificar tu vida?


Por qué querer simplificar nuestra vida?
Para qué?
Yo podría darte algunas razones:
  • para tener más tiempo para hacer lo que te gusta
  • para dedicar tiempo de calidad a tus personas favoritas
  • para no vivir estresada y corriendo siempre
  • para no embarcarte en actividades que no te hacen feliz y solo te agobian y complican
  • para liberar tu casa y tu vida de tantos apegos
  • para no sentir que la vida se te va sin disfrutarla
  • para no vivir esperando a que esto o aquello pase para que puedas ser feliz
Estas son mis razones por las que yo quise simplificar mi vida. No creo que haya solo una razón para simplificar o que sea la misma para todos porque somos personas diferentes, con diferentes intereses, circunstancias y estilos de vida. No todos queremos lo mismo. Muchas veces ni siquiera sabemos bien que es lo que queremos, solo sabemos que queremos que algo cambie. 

Cuando empezamos a sentir esa inquietud de cambiar algo, de querer vivir de forma diferente, es porque algo no está funcionando y nos empezamos a sentir rebasados. Y esta bien! A todos nos pasa! Y no tenemos que fingir que somos Superman o la Mujer Maravilla y que podemos con todo. Eso en vez de ayudarnos nos hace daño porque no es real. Somos seres humanos, vulnerables, no tenemos super poderes, necesitamos cuidarnos, tratarnos bien y dejar de exigirnos tanto.


No te puedo dar "la receta perfecta para simplificar tu vida", ni los pasos a seguir, pero puedo compartirte lo que a mi me ha funcionado y darte ideas de lo que podrías hacer para vivir de una forma mas simple, sin agobios, sin mascaras, sin tanto estrés.

El primer paso ya lo lograste: hay dudas, hay inquietud, hay inconformidad, hay ganas de querer cambiar algo. Dicen que el cerebro no puede juzgar y cuestionar al mismo tiempo, solo puede hacer una cosa a la vez. Cuando juzgamos y decimos: "está bien, así es y punto", ya no hay opción; pero si en cambio cuestionamos y decimos "yo creo que podría ser diferente, podría ser mejor, puede haber otra forma", estamos abiertos a un sin número de posibilidades, a lo que sea que queramos enfocar nuestra energía y todo nuestro ser.

En este blog escribo sobre mi experiencia, lo que he hecho y lo que me ha ayudado a lograr la vida simple que quiero, el camino andado, los beneficios y todo lo que he ido aprendiendo en este proceso. Escribo sobre sentirte, simplificar, creatividad, minimalismo y cero residuos. Algunas cosas podrán interesarte, otras no, pero espero que lo que leas te sirva y te inspire en esta aventura que estás por comenzar. 

Estas preguntas te pueden ayudar a definir que es lo que quieres (o lo que no quieres):
  • qué me gustaría que fuera diferente?
  • qué quisiera hacer pero no me da tiempo?
  • qué me estresa? 
  • qué me incomoda?
  • qué me bota y hace perder la paciencia?
  • de qué siento que me estoy perdiendo?
  • qué quisiera ya no tener que hacer?
  • que no me deja ser feliz?

Ya que tengas estas respuestas, piensa: 
  • que te gustaría en vez de eso?
Es muy difícil llegar a tu meta cuando no sabes a donde quieres ir. Lo primero que tienes que hacer es definir que quieres, hacia dónde vas. Solo así podrás pensar después en los pasos que tendrás que seguir para lograrlo. Date un momento para contestar esas preguntas.

A veces hay cosas que no queremos ver, pero solo tocándolas, reconociéndolas y aceptándolas, es que vamos a poder liberarnos de ellas, crecer y alcanzar nuestros objetivos.

Si después de contestar las preguntas anteriores aún no sabes que quieres, podrías hacer el siguiente ejercicio: imagina tu día perfecto. Ponte en una posición cómoda, cierra tus ojos e imagina con lujo de detalles que haces desde que despiertas hasta que vuelves a acostarte: dónde estas? con quién? que haces? cómo lo haces? a dónde vas? que comes? a qué le dedicas tu tiempo y cómo? No sólo lo imagines, trata de sentirlo con todo tu cuerpo: imagina los aromas, los sabores, todas las sensaciones, siente como te hace sentir ese día perfecto, física y emocionalmente. Cuando abras tus ojos tendrás una idea más clara de lo que quieres.

Espero que encuentres tus razones para querer simplificar tu vida, lo que quisieras cambiar. Y si son muchas cosas, no te deprimas, es algo muy bueno! El hecho de tener claro lo que no queremos, lo que no nos gusta, es el primer paso para cambiarlo y mejorarlo. 

Agradecimiento al 2014

Siempre que un año está por terminar invariablemente nos ponemos a pensar en lo que fue y en lo que nos gustaría que llegara o pasara con el siguiente.

Terminamos viendo casi siempre lo que nos faltó, lo que no hicimos, lo que nos salió mal, en vez de enfocarnos en lo lindo y agradecerlo.

Varios estudios han demostrado que las personas que regularmente agradecen lo bueno en sus vidas, se sienten mas satisfechas con ellas y viven vidas mas sanas y con mas sentido.

Ahora que termina el 2014 quiero agradecer:

  • que ya no vivo corriendo; tengo menos compromisos, elijo muy bien que quiero y que no quiero hacer; he simplificado mi agenda y eso me ha dado mas tiempo para hacer lo que realmente me gusta.
  • empiezo a cumplir mis sueños, dedicándome a lo que amo y siempre quise hacer; creo y confío en mi, en lo que hago; veo y agradezco las palabras y los resultados de la gente con quien lo he compartido.
  • me reencontré con mi yo-mamá (antes era la maestra/trabajadora/proveedora/autoritaria/histérica/apurada...).
  • empecé a cocinar (después de odiar la cocina ahora me encanta!), estamos comiendo mucho mas sano y variado.
  • agradezco poder estar en mi casa y tenerla como me gusta. 
  • agradezco los momentos rudos porque me han confirmado que puedo y soy capaz de salir adelante.
  • agradezco todas las experiencias, buenas y malas, porque me han hecho crecer y ser una mejor yo.
  • agradezco los hijos que tengo; formamos un equipo maravilloso, agradezco que compartan mis locuras, que las acepten y las disfruten tanto como yo.
  • agradezco las conspiraciones del universo, por ponerme en el lugar correcto en el momento apropiado.
  • agradezco TRE y todas las herramientas que me han ayudado a volver a mi centro.
  • agradezco a mis personas por estar, creer y confiar en mi y empujarme.
  • agradezco las oportunidades que se me han presentado.  
  • agradezco haber simplificado mi vida.
  • agradezco todos los cambios que hemos hecho y los beneficios obtenidos gracias a ellos.
  • agradezco estar viva.
Seguramente hay muchas mas cosas que agradecer, pero agradezco haber recordado todas estas =).

Haber escrito esto me ha dejado sintiéndome muy bien conmigo y con el año que acaba, realmente agradecida y satisfecha. Se siente muy bien enfocarse en las cosas positivas, me siento con ganas de seguir adelante, de seguir en movimiento. Me doy cuenta de lo afortunada que soy y nada me pesa.

Te invito a que compartas esta sensación: qué agradeces de este año que está por terminar?

Jabón en pasta para lavar trastes


Este es otro producto con el que estoy encantada! 
En casa no nos gusta lavar los trastes con jabón liquido (sentimos que después de una o dos lavadas estamos lavando con agua), preferimos el jabón en pasta. Tratando de no generar basura, me puse a buscar dónde podía comprarlo a granel, rellenando mi envase, pero no encontré ningún lugar donde lo hicieran, te lo venden empaquetado siempre. Entonces el universo conspiró otra vez y me encontré una receta que probé y preparé (con algunas modificaciones) y nos gustaron mucho los resultados:
  • se prepara en 15 minutos
  • rinde muchísimo
  • no reseca las manos
  • lava y quita la grasa
  • los ingredientes son muy sencillos de encontrar (seguramente ya los tienes en casa) 
Esto es lo que necesitas para prepararlo:
                
  • 1 taza de jabón zote rallado
  • 2 cucharadas de detergente (yo usé Roma)
  • 2 cucharaditas de bicarbonato de sodio (lee aquí sobre algunos de los beneficios y usos del bicarbonato)
  • unas gotas de esencia de limón
  • 1 1/2 taza de agua
Primero pones a calentar el agua. Añades el jabón zote y revuelves para que se disuelva. Añades el detergente, sigues revolviendo.



Apagas el fuego y agregas el bicarbonato revolviendo constantemente (cuidado, se va  a hacer un poco de espuma). Añades las gotas de esencia de limón, revuelves.


 Vacías a tu envase. Vas a notar que está muy líquido, con mucha espuma. Lo dejas secar 3 horas aproximadamente.


Listo para usarse! Toma tu esponja (yo uso estropajo natural porque puedo tirarlo en la composta cuando ya no sirve) y lava como acostumbras. Verás que muy poco rinde bastante. 


Beneficios:
  • funciona de maravilla
  • no generas basura
  • sale super económico
  • evitas muchos químicos y sustancias que dañan tu piel y la de tu familia
  • visualmente es mucho mas lindo que el bote de plástico de axión (a poco no?)
  • es muy divertido y satisfactorio hacerlo!
Espero que lo disfrutes!

No esperes más, hazlo.


Todos tenemos sueños.
Todos tenemos grandes ideas.
Todo lo grandioso que existe se le ocurrió a una persona normal, como tu o como yo.
La diferencia está en que esa persona se movió y pasó de la idea a la acción. Hizo algo. Seguro lo intentó varias veces, se equivocó varias veces, pero siguió intentándolo hasta que logró eso tan maravilloso.

Ahí esta el porque a unos les va bien y a otros no. Claro que necesitamos tener habilidades, la buena idea, a lo mejor las conexiones, los medios... pero al final del día lo mas importante es moverse, empezarlo, intentarlo.

Confiar en nuestra idea. Creer en ella y aventarse. A los que somos perfeccionistas esto nos da mucho trabajo porque nunca es lo suficientemente bueno o nunca esta listo, siempre hay algo que le falta y que podríamos perfeccionar, siempre hay alguien que podría hacerlo mejor que nosotros. Y así se va llenando ese cajón de proyectos, de ideas maravillosas, guardados con el miedo, la inseguridad y la falta de confianza en nosotros mismos y en nuestras ideas, que cuando a alguien mas se le ocurren y las llevan a cabo, solo nos quedamos sintiéndonos mas frustrados y arrepentidos de no haberlo intentado nosotros.

Esto nos hace sentir envidia, que si la viéramos desde la perspectiva de Julia Cameron, no es algo negativo que nos haga malas personas, es nuestra brújula a seguir, una herramienta a nuestro favor. La envidia nos muestra lo que quisiéramos ser y hacer, donde quisiéramos estar. Nos enfrenta al éxito de eso que no hemos intentado y que si seríamos capaces de lograr, si no fuera por el miedo y nuestra falta de confianza.

No hay que esperar a que comience el año nuevo, a que estemos listos, cualquier momento es bueno para empezar. Tampoco hay que esperar a que termines perfectamente de planearlo, arreglarlo, escribirlo, revisarlo.... seguramente ya esta listo, aunque tu yo perfeccionista te diga que todavía le falta o que no es lo suficientemente bueno.

Hoy es el momento. Así como está esta bien. Si sigues esperando a que llegue el momento idóneo, esperarás siempre.
Inténtalo, hablalo, publicalo, ofrecelo.... y si no funciona, aprende de la experiencia, observa que tienes que arreglar y hazlo de nuevo... alguien allá afuera necesita eso que tu tienes para ofrecer. Tu idea es maravillosa. Lo que tienes para compartir ya está listo.
Hazlo. No esperes mas. 
Hoy es un buen día.

Desodorante


A petición de varias personas, les voy a compartir las recetas de lo que estoy haciendo en casa, empezando hoy con: desodorante.

Muchos de los ingredientes que traen los desodorantes y antitranspirantes comerciales son dañinos para nuestro cuerpo, y los envases plásticos en los que vienen, que tiramos al terminar de usarlos, también lo son para el medio ambiente.

Empecé a usar este desodorante y estoy encantada! Se hace super rápido y funciona de maravilla, no hueles mal y te mantiene seca. 
Contiene solo tres ingredientes:
  • bicarbonato: ayuda a eliminar el mal olor
  • maizena: absorbe la humedad y te mantiene seca
  • aceite de coco: es antibacterial, antihongos, excelente humectante para la piel y huele delicioso!
Para hacerlo necesitas:


  • un envase de desodorante vacio (o cualquier envase de boca ancha con tapa)
  • 3 cucharaditas de bicarbonato
  • 1/3 de taza de maizena
  • 1/2 taza de aceite de coco


Mezclamos los ingredientes hasta formar una pasta (recuerda que el aceite de coco al calentarse se derrite y al enfriarse vuelve a tomar su forma solida).



Con esta pasta rellenamos nuestros envases. Puedes meterlo un momentito al refrigerador para que se endurezca. Si vives en un clima muy caliente es recomendable guardarlo ahí, si no, puedes guardarlo en un lugar fresco y seco.

Listo! Ahora puedes usarlo como un desodorante normal, o si lo pusiste en un envase con tapa, toma un poco con tus dedos y aplicalo. Probablemente haya que re-aplicarlo mas seguido que un antitranspirante comercial porque este no impide que salga el sudor (lo cual es necesario para nuestro cuerpo) pero te aseguro que al probarlo no vas a volver a comprar desodorante nunca mas!


P.S. Muchas gracias a mi hermosa ayudante por las fotos para este tutorial.

Beneficios obtenidos


Después de conocer el blog de Bea Johnson, Zero Waste Home, me di cuenta que ese era el paso siguiente para nosotros: dejar de generar residuos. Ya reciclar no era suficiente, la cantidad de basura que seguíamos generando me frustraba, pero cuando es lo que conoces, "la forma como se hacen las cosas", es muy difícil pensar que lo puedes hacer de otra manera.

Pero cuando tienes la fortuna de encontrar a esta gente que vive diferente, que te inspira a cambiar y mejorar, o lo intentas, o te quedas en el sueño: "sería muy lindo hacerlo... si no fuera tan complicado... si no tuviera que cambiar tantas cosas... es que nadie lo hace así..." y no pasa nada.

Yo decidí aventarme y probar. Como todos los cambios que han habido en nuestra casa, decidí entrarle poco a poquito, sin hacer nada radical, ir reduciendo lo más que pudiéramos sin que nos limitara y se volviera una carga o un castigo.

Y le entré a este proyecto con ese objetivo: reducir nuestra basura lo más posible. Lo sorprendente y maravilloso han sido todos los otros beneficios que hemos obtenido:

  • estamos comiendo mucho mas sano: dejé de comprar muchos productos empaquetados, ya no compro alimentos preparados (de esos congelados o deshidratados), ahora hago salsa de tomate, algunas conservas, horneo mas seguido pasteles y galletas, preparo concentrados para agua con las frutas de temporada. Esto nos ha hecho dejar de consumir muchos conservadores e ingredientes impronunciables.
  • estoy haciendo desodorante, pasta de dientes, jabón para lavar los trastes, maquillaje, perfume sólido... (y a ver que mas se me ocurre, es muy divertido y me quedan muy bien!). Estamos re-usando los empaques que ya teníamos y utilizando ingredientes mucho mas sanos para la limpieza y nuestro cuidado personal (principalmente aceite de coco, bicarbonato, vinagre, agua oxigenada).
  • al cuidar que es lo que tiras o compras, te vuelves mucho mas creativo con tus recursos: inventas recetas con los ingredientes que tienes y tratas de resolver lo que necesitas con lo que hay en casa.
  • estoy comprando a pequeños negocios y a productores y artesanos: jabones,  miel, pan, quesos, frutas, ...
  • nuestra vida es mas sana, sin tantos químicos y conservadores.
  • poco a poco voy sacando el plástico de la casa lo que hace que visualmente sea mas lindo. Tengo todavía tuppers y envases de plástico que no voy a sacar porque aún sirven y tirarlos ahora sería  "tirar basura" solo por gusto, pero cuando sea necesario, el reemplazo será de vidrio, barro o cerámica.
Siempre parecen muy complicados los cambios y dan flojera pero en realidad no lo son! La cosa es animarse e intentarlo y los beneficios son muchos. Prueba!! Total, si lo odias, lo dejas de hacer (aunque podría asegurarte que vas a quedar encantada  y  enganchada!).

Miedo


Hay muchas cosas que nos dan miedo:
  • arriesgarte a hacer lo que te encanta dejando tu trabajo actual y que no te vaya bien y no ganes lo que necesitas (aunque tu sueldo actual no sea tan bueno)
  • vivir y hacer las cosas "normales" de forma diferente temiendo el "que van a pensar los demás" 
  • tomar decisiones importantes y equivocarnos
  • intentar "hacerla en grande" y realmente lograrlo  (es  increíble, pero el éxito también da miedo!)
  • expresar nuestras ideas y opiniones en público temiendo el que no sean buenas o que la gente no nos vaya a escuchar
  • escribir un blog y que nadie te lea porque lo que escribes "no es lo suficientemente bueno" (y lo guardas en secreto durante meses .... a quién me recordará?)
  • crear un producto, invertirle tiempo y dinero y que no funcione y a nadie le interese (entonces mejor ni lo ofrezco)
  • salirte de una relación que no te hace feliz pero es lo único que conoces y lo prefieres a estar sola
  • que el cambio sea muy complicado y no valga la pena
  • mudarte a un lugar que no conoces
  • empezar de nuevo
  • decir lo que piensas
  • ....... eso que estas pensando ......

Pero creo que da mas miedo seguir igual, sintiéndonos frustrados, infelices, en una rutina que no nos permite vivir realmente, con tus sueños guardados en el cajón,...

Una vez que damos ese salto, cuando nos aventamos por eso que queremos, una de dos: 
  • o lo logras y el miedo pasa (hasta piensas que que ridículo era que te diera miedo) y sientes alegría, paz, satisfacción, orgullo,... 
  • o se vuelve una experiencia que no funcionó, de la cual aprendiste algo que va a lograr que la próxima vez que lo intentes lo hagas mejor, con la satisfacción también de haberlo intentado y visto que "no era para tanto".....
Peor que fracasar es vivir lamentándonos de lo que pudo ser.
Anímate!
Avientate!
Riégala 20 veces! (es muy divertido!)
Lo peor que puede pasar es que todo vuelva a ser como antes (tienes mucho que perder??).


Cambios


Pocas personas pueden decir que están realmente satisfechas con su vida, que son 100% felices con como viven, con lo que hacen. Casi todos quisiéramos cambiar algo: nuestro trabajo, el lugar donde vivimos, los compromisos que tenemos, las actividades que hacemos, lo ocupado que estamos,... algunos quisieran cambiar su vida por completo.

Cambiar no es fácil y muchas veces lo que nos gustaría tener, o la forma en la que esperamos vivir, se siente tan grande, lejano e inalcanzable que  mejor nos olvidamos de ese sueño y continuamos con nuestra rutina diaria, añorando un futuro mejor, mientras que se nos va el presente y se nos van los días...

El problema esta en ver el paquete completo y en querer todo de inmediato. Es como quererse comer un pastel de un solo bocado: es imposible!! Pero si comenzaras con una rebanadita, luego otra, y otra... y continuaras así, en un descuido te darías cuenta de que te lo acabaste completito!

Eso hay que hacer con nuestros planes, con los cambios que queremos ver en nuestra vida: empezar de a poquito. Hacer cambios chiquitos, uno por uno, disfrutando esos pequeños logros que te van acercando a lo que quieres dentro de tus posibilidades.

Mi sueño es vivir una vida simple en un lugar tranquilo, con tiempo y calma para escribir, crear, estar en armonía con la naturaleza, trabajar desde mi casa y poder viajar mucho con mis hijos. Suena padre, no? 

Para acercarme a ese sueño he ido dando pasitos pequeños, cambios que me permiten vivir eso que quiero: 

Tuve el valor de salirme de mi zona de confort, dejar mi trabajo cómodo, mis muchos compromisos y dedicarme a hacer lo que me encanta. Esto me ha dado tiempo, calma, mucha satisfacción y empuje para vivir feliz hoy, con sentido, congruente con lo que quiero, con quien soy.

El minimalismo me ha brindado libertad y total desapego de las cosas: todo lo que tengo se usa, no necesito mucho y soy muy creativa para resolver con lo que tengo. No necesito la máquina de palomitas cuando puedo hacerlas en una olla normal, o el cortador de papas cuando tengo más de 5 cuchillos, ni la sandwichera, el microondas, la waflera, la cafetera, la batidora,... en mi cocina hay estufa (con horno), refrigerador, licuadora, horno eléctrico y mi olla de cocción lenta (que amo y uso mucho!!), no pasa una semana que no se use todo. Tengo lo necesario, suficiente y si algo se rompe, se acaba o se hace viejo, se va, y si hace falta se repone, si no, ...un tiliche menos (yeeeiii!!) y si tuviera que deshacerme de todo, lo haría feliz, quedando con muy pocas cosas.

Mi ropa prácticamente cabría en una maleta, casi toda combina, toda me encanta y toda la uso. He regalado mil cosas: adornos, todo lo repetido y todo lo que estaba guardado ocupando espacio, ya no hay ningún "por si acaso". Mi casa refleja mi personalidad y lo que me gusta. Respetamos el uso y duración de las cosas y cuando algo deja de funcionar, lo agradecemos, lo sacamos y reconsideramos la necesidad de reemplazarlo. 

Para ser congruentes con nuestro amor por el planeta, empezamos con un estilo de "cero residuos". Ya re-usar, reducir y reciclar no era suficiente, ahora compramos con mayor conciencia evitando generar basura, evitando traerla a la casa: comprando a granel lo más posible, prefiriendo empaques de vidrio sobre aquellos de plástico, evitando al 100% los productos que vienen en unicel, rechazando las bolsas de plástico. 

Esto ha sido muy satisfactorio, un poco complicado porque no tenemos esa cultura como sociedad, pero me ha permitido hacer algo más que no había considerado: comprar en pequeños negocios beneficiando a gente de la comunidad. En vez de dejar mi dinero en grandes supermercados, apoyo a gente trabajadora que felizmente me deja llenar mi canasta de verduras, fruta o pan sin usar una sola bolsa de plástico, o que (con asombro y duda al principio y agrado después de varias ocasiones) rellena el cartón de huevos que reutilizo o mis bolsas de tela con arroz, avena, jamaica, etc...

Hay cosas que seguimos comprando en el supermercado porque nos gustan mucho y no se encuentran a granel: el pan de molde (tratamos de dejarlo, pero nos dimos cuenta que de verdad nos gusta), los cereales (re-usando las bolsas para las heces de nuestros perros y reciclando las cajas de cartón), algunas galletas (prefiriendo las empacadas en tubo, en vez de los paquetes individuales), ciertos dulces,... 

El hecho de que los cambios hayan sido poco a poco y que hayan comenzado como un experimento relajado (probar a ver que tal nos funciona, sin fanatizar el asunto ni obsesionarnos con las ideas) nos ha ayudado a mantenerlos, se han vuelto pequeños hábitos que nos hacen sentir muy bien. Algunos cambios los comencé sola, otros con mis hijos, pero poco a poco se ha vuelto un estilo de vida familiar que ellos han ido adoptando con mucho gusto. 

Estamos comiendo mucho mas sano, generando menos basura, siendo muy ingeniosos con el uso que le damos a lo que tenemos y muy conscientes de que necesitamos muy pocas cosas para "ser felices". Vivimos mucho más tranquilos, corremos menos, ya no estamos ocupados todo el tiempo. Disfrutamos y nos gusta nuestra vida.

Sigo trabajando en algunos aspectos que aun me falta alcanzar: escribir con mayor regularidad, crecer mi negocio, liquidar deudas, viajar... pero se que estoy en camino y que llegaré paso a pasito... mientras disfruto lo caminado y todo lo que hemos logrado.


Menos? O más?

Simplificar.
Minimalismo.
Dejar ir.
Soltar.

Creo que son palabras que a muchas personas les dan miedo, les incomodan: las relacionan con ser menos, con no tener, con perder.

Sin embargo, al embarcarme en este viaje de desprenderme de lo que no necesito, de quedarme solo con lo importante, me he dado cuenta que tengo mucho más:

  • Tengo prioridades claras. He tenido el tiempo y la calma de ver que es lo que realmente quiero, a donde quiero ir, que quiero hacer. Invierto mi tiempo y energía en lo que es más importante para mí y en lo que me acerca a mis objetivos.
  • Me he permitido sentirme completamente, escuchar mi cuerpo y permitirle que libere todo lo que lo tenía fuera de equilibrio. Tiemblo, libero y me relajo, desde el centro de mi ser.
  • Amo y uso todo lo que tengo. Mi espacio habla de mi, de quien soy, de que me gusta. Todo lo extra lo regalé, tiré, doné, vendí.
  • Soy, completa. Por primera vez me siento yo, al 100%: sin disfraces, sin máscaras, sin imitaciones, sin comparaciones, sin tener que quedar bien. Ahora quedo bien primero conmigo... y cuando estás bien contigo eres mejor persona.
  • Siento que tengo todo lo que necesito, y al tener claro que las cosas son solo cosas y que de ellas no depende mi felicidad, tengo mucha libertad.
  • Tengo mas tiempo para mis personas favoritas, y aunque no dependo emocionalmente de ellas, me da mucha felicidad poder compartirlo con ellas. Yo también soy una de mis personas favoritas y también separo tiempo a solas para mí.
  • He hecho cambios y nuevos hábitos que han mejorado la calidad de nuestra vida.
Aunque hoy por hoy estoy atravesando una etapa complicada, una tormenta por decirle de alguna forma, nunca me había sentido tan tranquila, tan segura y con tanta confianza en mi.
Estoy segura que si siguiera enrolada, como muchas personas actualmente, en: mantener una imagen, compararme y competir con los demás, querer tener y ser más sin ponerle atención a mi persona, des-cuidándome, exigiéndome de más, olvidándome de mis sueños, sobre saturando mi agenda, corriendo todo el día,... ya habría explotado!

Hoy soy mejor. Hoy soy simple. Hoy me siento. Hoy soy y tengo más.  

Poco a poco

Afortunadamente empezamos este proyecto con la idea de que el cambio lo íbamos a hacer poco, sin agobiarnos, con mucha conciencia, pero también sin limitarnos de todo lo que nos gusta.

Simplificar mi vida me ha dado la libertad de poder tomar todos los proyectos nuevos con total control sobre ellos, adaptándolos a mis necesidades sin seguir lineamientos preestablecidos, que no vayan con nosotros.

Queremos reducir lo más que podamos nuestros residuos, no solo reciclando lo que podamos, sino cambiando algunos hábitos y costumbres para no usar ni adquirir productos que generen basura.

Estamos usando servilletas de tela, seguimos usando trapos de tela. Tratamos de comprar sin empaques lo más que podamos, mis hijos llevan su lunch a la escuela en envases reusables, su sandwich y fruta envuelto en un paliacate estilo furoshiki.


Cambiar nuestra forma de hacer las compras ha sido muy interesante: encontré una tiendita de verduras con una viejita hermosa, alegre y trabajadora, que muy feliz puso mi verdura en la canasta sin bolsas. También encontré una pequeña panaderia con otra señora muy agradable. El pan muy rico, más barato que en otros lugares y le encantó la idea de ponerlo en mi bolsa de tela.                             Claro que seguiré comprándole a ambas!

He probado en dos lugares diferentes a comprar jamón, queso, pollo,... que no ha sido previamente empaquetado, y cuando les doy mis envases para que lo pongan, ha sido todo un shock cultural: "...pero por qué?..", "..es que así no lo hacemos aquí....", "...está segura que no quiere que se lo ponga en una bolsa de plástico???",... es increíble ver como a la gente le da trabajo hacer algo fuera de lo común, como les cuesta el cambio y lo diferente y como hay tan poca conciencia ecológica. Algunos se me quedan viendo con cara de "vieja loca", pero algunos otros lo empiezan a considerar.... ha sido muy divertido.

Pero también complicado, en dos lugares cercanos a donde vivo encontré que venden a granel semillas, avena, jamaica,... llegué muy emocionada sólo para descubrir que ya tienen todo empaquetado en bolsas de plástico! y si les pides que te lo den en tu bolsa de tela, lo vacían de una bolsa y la tiran...o sea, se pierde el punto de contaminar menos.

Hemos hecho algunos otros cambios: no consumir pan de molde empaquetado (Actualización: nos dimos cuenta de que nos gusta el pan de molde, lo seguiremos comprando y reutilizaremos la bolsa de la mejor forma posible), preparar más aguas frescas, dejar de comprar ciertos tipos de empaques que no se pueden reciclar, preferir vidrio sobre otros materiales, consumir mucho más frutas y verduras, evitar en lo posible comida empaquetada,... pero seguimos comprando cereal, leche, y algunas otras cosas en el supermercado que no he podido encontrar de otra forma.

Ahi vamos, poco a poco, generando cambios, generando menos basura, haciendo mas por nuestro planeta.


Simplificar, minimalismo y "cero residuos"


Este blog ha sido testimonio de un proceso en el que me he visto envuelta este ultimo año, un registro de lo que me ha movido y lo que ha ido pasando por mi cabeza. Un recuento de los pequeños cambios que he hecho con mi familia para mejorar la calidad de nuestra vida.

El primer paso fue reconocer lo que me tenia mal, lo que no me gustaba y aceptar mi responsabilidad, porque solo nosotros somos responsables de todo lo que nos pasa.

Me di cuenta que no estaba haciendo lo que me gustaba, que no tenía tiempo, que siempre estaba "ocupada" y que los excesos de cosas y los distractores estaban en todos los aspectos, no solo visualmente, también emocional, laboral y socialmente.

Comencé simplificando lo material: eliminando todo lo que no ocupábamos, lo repetido, lo viejo, los "por si acaso", sacando, reciclando, regalando y separando algunas cosas para vender. La sensación en la casa después de este paso ha sido de paz, armonía y tranquilidad. Nos ha hecho apreciar más nuestras posesiones, valorándolas como lo que son: objetos que usamos o que nos traen belleza a nuestras vidas. Nos ha hecho reconsiderar cosas antes de comprarlas al saber que realmente no las necesitamos y ser mas creativos con el uso que le damos a lo que tenemos.

Este paso me llevó al siguiente: simplificar mi agenda: dejar de hacer tantas cosas. Reuniones, clases, actividades por compromiso,... decidí dedicar mi tiempo solo a lo que realmente nos interesaba y a nuestras personas importantes. A hacer lo que nos acerca a nuestros objetivos.

Empecé a tener tiempo y calma, sin distracciones, lo que me permitió conectar conmigo, sentirme, empezar a apreciar los pequeños detalles que en el correr diario pasaban desapercibidos. Empecé a disfrutar el tener momentos de "no hacer nada" sin que me causaran el conflicto de antes donde sentía que estaba "perdiendo el tiempo". A meditar un poco, a darme tiempo para sentirme, para temblar y liberar. 

Realmente eliminé mucho de lo que no quería para quedarme con las cosas que nos importan.

Cuando mueves tantas cosas (que se han ido moviendo poco a poquito, paso a pasito, que es la única forma de empezar algo nuevo y cambiar) tu conciencia cambia. Cuando conectas realmente contigo mismo, se mueve toda la energía a tu alrededor y creces y te vuelves parte de un todo. Empiezas a ser mas consciente de lo que sucede a tu alrededor.

Siempre hemos tenido una conciencia ecológica. Separamos la basura, tenemos composta, reciclamos todo lo que se puede, ahorramos agua, desconectamos todos los aparatos cuando no se están usando y solo prendemos la luz en las habitaciones en las que estamos. En casa tenemos focos ahorradores, calentador solar y filtro de agua. Creamos arte con materiales reciclados. Y lo hemos hecho siempre de una forma consciente pero sin fanatizar con el tema.

Hoy aparte de ser minimalistas (hablando de un minimalismo racional como lo define Joshua Becker de Becoming Minimalist, no de un minimalismo extremo), queremos empezar a vivir produciendo "cero residuos". 

Es increíble como cuando estas en tu centro, cuando tienes claridad en lo que quieres y buscas, el universo conspira para que lo encuentres. 

A pesar de que hemos dejado de hacer muchas compras innecesarias, de aprovechar mas los recursos que tenemos, hay cosas que no podemos dejar de consumir. Pero siempre me ha parecido muy frustrante, llegar del supermercado, empezar a guardar las cosas y ver la cantidad de basura que sale de lo que acabamos de comprar: las cajas del cereal, los empaques de las galletas, del arroz, del jamón, las bolsas de la fruta, verdura,... empaques, empaques, empaques!!!!

Mucho se puede reciclar, pero muchas cosas no y seguimos generando basura.

Hoy me he encontrado con un estilo de vida llamado "cero residuos". Encontré el maravilloso blog de Bea Johnson donde demuestra como se puede vivir sin generar basura. 

Es un cambio complicado y como todos los cambios que hemos tenido vamos a intentarlo poco a poco, a ver que tal funciona y como nos sentimos. 

Vamos a evaluar a conciencia el tipo de empaque que traen las cosas, antes de considerar la compra. Vamos a tratar de comprar lo más posible a granel, re usando envases que ya tenemos para guardar lo que compremos. A preferir productos enlatados y en vidrio a empaques plásticos que no siempre se reciclan. A usar las bolsas de tela siempre. Adiós bolsas de plástico, empaques y unicel!


Despues de la tormenta


Anoche llovió mucho. Muy fuerte. Llovió y hubo muchos truenos. Nos despertó a todos en casa y fue muy difícil dormir y estar tranquilos. En algún momento paró y pudimos descansar.
Hoy me he levantado con un día hermoso, soleado, inspirador.

Cuantas situaciones similares vivimos que parece que no podemos soportar, que pedimos y rogamos que paren, que pare la tormenta. Perdemos la confianza de que el sol va a volver a salir, que va a volver la calma, que todo va a estar bien.

Todo pasa. A veces no tan rápido como quisiéramos, pero tenemos la fortaleza para soportarlo, aprender de ello, soltarlo y continuar.

"Turning points"

En una clase de inglés que acabo de dar, hablábamos sobre los "turning points" en la vida, esos eventos que suceden que te marcan y hacen que tu vida cambie y no vuelva a ser la misma.

Para mi el primero fue terminar una relación de 15 años y por primera vez en mi vida, encontrarme, conocerme, crecer y descubrir todo mi potencial, confiando y creyendo en mi.

Hoy me enfrento a otro evento importante: me he salido de mi zona de confort (ese lugar conocido, donde te sientes seguro, sabes como funciona, que esperar, probablemente no te gusta estar ahí ni te hace feliz, pero no te produce angustia ni ansiedad).

Todos hemos estado ahí. Podemos vivir años y años en un trabajo que no nos hace felices, que no nos da lo que necesitamos o nos exige demasiado. En una relación tóxica o mediocre. En cualquier situación incómoda de la que nos quejamos y quejamos pero nos da miedo salir. Podría aplicar aquí ese dicho mediocre mexicano "más vale malo por conocido que bueno por conocer". 

Todos hemos estado ahí y salir de esa zona de confort es de verdad aterrador. Pero mas aterrador es no ser feliz, no luchar por tus sueños, pensar en una vida donde no hagas lo que te gusta. Creo que una persona solo puede volverse exitosa cuando hace lo que le apasiona, porque no aplica solo su conocimiento y habilidades en lo que hace, sino que involucra su corazón, su pasión, sus sueños, todo su ser. Lo vive, lo respira, lo transmite y lo atrae.

Hoy me he salido de mi zona de confort. Renuncié a un trabajo bueno porque estoy lista para que llegue lo grandioso. Solté compromisos en los que no estaba dejando mi 100%, requerían mucha atención y tiempo de mi, y me distraían de mis sueños. No tengo nada seguro mas que esos sueños y posibilidades, sin embargo me siento más feliz y tranquila que nunca.



Miedo? Si claro, siempre! Mucho! Pero de ese miedo que te mueve, que ve los tropiezos como experiencia y crecimiento, que se enfoca en buscar oportunidades y posibilidades, que cuestiona y resuelve en vez de juzgar y frenar. Dicen que "si tus sueños no te dan miedo, es que no son lo suficientemente grandes".

Mis sueños son grandes y se están volviendo realidad. Tengo calma, tiempo, el amor, respeto y admiración de mis hijos, y todo lo que necesito, sin excesos absurdos. Hago lo que me gusta y apasiona. Confío en mi, en quien soy y en lo que puedo hacer. Por fin he aprendido a decir "no", a soltar y a elegir con total libertad.

Dicen que los 40 son un "turning point" en la vida de las personas, la mejor edad para las mujeres. Estoy de acuerdo.
Estoy disfrutando mi vida, con metas y objetivos claras, con sentido, disfrutando el momento presente y recibiendo con la mejor actitud que he tenido en mi vida.
Hoy soy muy feliz. Hoy estoy completa.


Elecciones.

Tú eliges tus relaciones.
Tú eliges tu trabajo.
Tú eliges tu alimentación.
Tú eliges tus palabras.
Tú eliges tus ideas y pensamientos.
Tú eliges a donde ir.
Tú eliges con quién estar.
Tú eliges que hacer con tu tiempo.
No puedes elegir tu origen, pero si puedes elegir que hacer con tu vida a partir de éste momento.
Toda elección conlleva consecuencias, de las que nosotros somos responsables, pero lo que elegimos hacer a continuación, en lo que decidimos enfocar nuestra energía y pasión, eso es lo que nos definirá y le dará sentido a nuestra vida.

Meditación.


Los días que puedo quedarme en casa, trato de levantarme temprano, bajo a barrer mi jardín y luego me preparo un café y me siento a disfrutarlo.

Acaban de poner pasto en el jardín, en él tengo un árbol "Primavera" que por fin dejó de tirar todas sus hojas y esta lleno de flores rosas, un árbol de naranjas, uno de limón (que estaba seco y mágicamente ha ido reverdeciendo y llenándose de hojas) y un hermoso árbol de jaboticabos que en este momento esta lleno de fruta.

            

Por la mañana, antes de que los niños se levanten, disfruto mucho el silencio de la casa y me pongo a escuchar mi jardín. La Primavera se llena de pájaros, colibríes, calandrias, de abejas que vienen a alimentarse del néctar de las flores rosas y que también se comen los jaboticabos. 

Es mi momento mágico.
Donde me siento 100% presente.
Conectando con mis sentidos, escuchando, observando, oliendo y saboreando mi café y sintiendo con todo mi cuerpo.
Es la mejor meditación que puedo hacer. Me conecta conmigo, me devuelve a mi centro y me hace sentirme bendecida, maravillada y agradecida por todo lo que tengo. Es la pausa que necesito antes de arrancar el día.

¿Cómo empiezas tu día?

El sentido del sentir.

(Extracto del libro "Waking the tiger" de Peter Levine)

Ejercicio para comprender el sentido del sentir:
Ponte tan cómodo como puedas. Siente como hace contacto tu cuerpo con la superficie que lo sostiene. Siente tu piel y fíjate cómo se siente la ropa. Siente debajo de tu piel las sensaciones que hay. Ahora, nota estas sensaciones, cómo sabes que estás cómodo? Qué sensación física contribuye a tu sensación de comodidad? Darte cuenta de esto, te hace sentir más o menos cómodo? Cambia? Siéntate un momento y disfruta el sentido del sentir y el sentirte cómodo. Bien.

Los sentidos físicos o externos de la vista, oído, olfato, tacto y gusto son elementos que contribuyen sólo a una porción de la información que construye la base del sentido del sentir.

Otra información importante deriva de nuestra conciencia interna de nuestro cuerpo (la posición que toma, la tensión que tiene, los movimientos que hace, la temperatura, etc).
El sentido del sentir puede estar influenciado o cambiar por nuestros pensamientos, por lo que sentimos.

Las emociones contribuyen al sentido del sentir, pero juegan un papel menos importante que el que la gente cree. Emociones "categóricas" como tristeza, enojo, miedo, desagrado y alegría son intensas y directas, fácilmente reconocidas y nombradas. Así no es con el sentido del sentir.

El sentido del sentir a veces es vago, a veces complejo y siempre cambiante. Se mueve, cambia y transforma constantemente. Puede variar en intensidad y claridad permitiéndonos cambiar nuestras percepciones. Hace esto dándonos el proceso, así como lo que se necesita cambiar.

Nos permite movernos, adquirir nueva información, interrelacionarnos con los demás y conocer quiénes somos. Es tan integral para nuestra naturaleza de ser humano que la damos por hecho, a veces al punto de no darnos cuenta que existe hasta que deliberadamente la atendemos.

Debemos poner atención a nuestro cuerpo ¿qué siente?

Reconocer nuestro sentido del sentir nos permite disfrutar más de experiencias sensuales. Puede ser una puerta para estados espirituales. Las terapias que usan el sentido del sentir son más efectivas que las que no lo hacen. Los ayuda a sentirse más naturales, aterrizados, más en casa en sus cuerpos. Puede mejorar nuestro sentido del equilibrio y coordinación. Mejora la memoria y provee un acceso más profundo a los impulsos instintivos que guían la sanación del trauma. Aumenta la creatividad. Desde el sentido del sentir experimentamos el sentirnos bien, paz y conexión. Es como experimentar ser.

Sentirnos

A veces estamos tan distraídos que nos desconectamos de nosotros mismos.
No nos sentimos.
Nuestro cuerpo trata de comunicarse con nosotros y no lo notamos, nos manda mensajes que no escuchamos, que no observamos.

Nos presionamos demasiado, nos exigimos, nos excedemos, no descansamos lo suficiente. Por protección, en algún momento, a lo mejor optamos por desconectarnos de nuestro cuerpo, porque sentir "duele" o "lastima demasiado". O pensamos que estamos muy ocupados y no tenemos tiempo como para hacerle caso a algún "dolorcito" y mejor nos echamos 2 pastillas y lo adormecemos.

Nuestro cuerpo es nuestro contenedor emocional.
El primer paso para poder recuperarnos, es reconectarnos, realmente sentirnos.
Usar nuestro sentido del sentir.

Percibir el lenguaje de las sensaciones de nuestro cuerpo.
Escuchar lo que nos quiere decir, reconocernos como una totalidad.
Reconocer la sabiduría de nuestro cuerpo.

Observar nuestras sensaciones en diferentes situaciones, con diferentes personas:
¿Cómo late nuestro corazón? ¿Hay tensión en alguna parte del cuerpo?
¿Cómo esta nuestra temperatura? ¿Nuestra respiración?
¿Cómo se siente nuestro estómago, garganta, espalda, cabeza, cuello..?

¿Cómo te expresas de tu sentir físico?
"Soy muy rígida."
"Estoy súper tensa."
"Duele, pero tengo que seguir."
"Ya no puedo ni con mi alma."
"Estoy agotada."
"Tengo problemas de equilibrio."
"No puedo ver claramente."
"Me duele hablar."

¿Cómo se relaciona tu sentir físico con otros aspectos de tu vida?
¿Qué mensaje está gritándote tu cuerpo que no quieres escuchar?
¿Qué necesitas hacer?
¿Lo vas a empezar a escuchar...o vas a seguir ignorándolo?

Nosotros somos los únicos que podemos descifrar ese mensaje,
aprendamos a escucharnos, a sentirnos de verdad.

Dejemos de quejarnos

Te has fijado como últimamente las quejas son una constante?

A donde vayamos, con quien estemos, siempre hay alguien quejándose de algo, incluso nosotros. Echándole la culpa al mundo por todo lo que nos pasa: el tráfico, el trabajo, el tiradero en mi casa, el trabajo acumulado, el humor de mi jefe, el perro del vecino, los berrinches de mis hijos, la falta de dinero, el internet que está lentísimo, la espalda que me está matando, el mugre teléfono que se quedó sin pila,... cuando, en realidad, los únicos responsables de nuestra vida somos nosotros.

Nosotros somos los responsables, lo que nos pasa es el resultado de las decisiones que tomamos. Nosotros somos quien tiene el control, quien decide que hacer, que decir, en que gastar, con quien estar, donde estar, que aguantar, que aceptar, que pensar,... son nuestras decisiones. Que pueden no ser las mas acertadas muchas veces y no tener el resultado que esperábamos, pero son nuestras y tenemos que aceptarlas y afrontar sus consecuencias, responsabilizarnos por ellas y aprender de ellas.

Claro que hay factores externos que nos afectan, pero siempre SIEMPRE tenemos una opción: aceptarlos, alejarnos, cambiarlos, mejorarlos, no escucharlos, o aprender lo que nos quieran enseñar y crecer con ellos, manejando lo que nos toque de la mejor manera, con nuestra mejor actitud, con sabiduría y apertura.

Nos quejamos y nos quejamos de como nos trata el mundo, cuando también muchas veces quien peor nos trata somos nosotros mismos: no dormimos lo suficiente, no descansamos, no comemos bien, nos sobrecargamos de trabajo y ocupaciones, nos volvemos inaccesibles a nuestros seres queridos, nos exigimos demasiado y cuando nos tropezamos, somos los primeros en atacarnos y en acabar con la poca confianza y ganas que nos quedaba.

Podemos elegir un cambio.
Podemos tratarnos mejor y cambiar nuestra actitud ante la vida.
Es momento de ser responsables.
De observar nuestras decisiones.

De observar lo que hemos elegido y sentirnos, sentir nuestro cuerpo y ver que nos quiere decir (la posición que toma, la tensión que tiene, los movimientos que hace, la temperatura,...), que opina al respecto, realmente escucharnos.
Sentirnos bien, tranquilos, cómodos, felices.
  • Háblate bonito, con cariño.
  • Escúchate, siente tu cuerpo, hazle caso.
  • Piensa en lo positivo que tienes y enfócate en ello.
Atraemos lo que pensamos.
Atraemos lo que decimos.
Atraigamos amor, belleza y armonía.

Dejemos de quejarnos. Cambiemos nuestra vida.

Estar presente

Hoy elijo estar presente.

Elijo notar y agradecer lo que sucede a mi alrededor.

Elijo disfrutar los procesos, los pequeños logros, los avances.

Las 200 palabras de las 1500 que tengo que escribir para mi ensayo.

Los 10 minutos que hago ejercicio.

Mi casa después de barrer y arreglarla.

Mi cocina limpia y recogida.

El olor de la ropa recién lavada.

Los árboles amarillos con el cielo azul de fondo.

Las sonrisas sinceras, el trato amable, el gesto inesperado.

Las risas, tonterías y comentarios a la hora de la cena.

La comodidad de mis jeans.

El brownie de la cena (mmmmmhhhhh)

Elijo disfrutar el momento, vivir el presente.

Hoy elijo no estar en el pasado, en lo que fue, en lo que tenia, en lo que paso,... ni en el futuro, en lo que quiero hacer, en lo que voy a lograr, en "cuando acabe", cuando sea o tenga, cuando esté lista,... hoy disfruto y vivo.

Concentrándome en lo que puedo hacer hoy para acercarme a mi objetivo, a mi meta, disfrutando los pasos de este día, sin pensar en el camino que me falta, despacio, tranquila, sin prisas, notando todo lo que sucede a mi alrededor.

Concentrándome en una actividad a la vez, en las pausas, en los descansos, en los procesos en vez de en los resultados. 

Con calma. Tranquila. Simple. Feliz.

Ocupada?

Me cansé de correr todo el tiempo.
Me cansé de estar siempre ocupada.

Hace poco caí en cuenta que cuándo me preguntaban "¿cómo estás?" mi respuesta era "ocupada" o "corriendo". Un día de plano alguien me preguntó y contestó por mi "corriendo como siempre, verdad? siempre estás ocupada". Lo odié.

Ahí fue cuando empecé a escuchar mis respuestas y a observar todas mis actividades y me di cuenta que me chocaba. Me chocaba correr todo el día, me chocaba siempre estar embarcada en ochenta cosas al mismo tiempo, de un lado para otro, haciendo sin disfrutar. Y lo más frustrante fue darme cuenta de que yo elegí estar así! Era mi decisión, mi elección.

Entonces decidí parar y analizar todo lo que hacia. En el mejor momento. En una etapa en la que tengo claro que mi vida necesita simplificarse, que necesito hacer pausas, que yo elijo.

Lo padre de tener claro lo que quieres, de saber a dónde quieres llegar, es que puedes enfocarte en lo que te acerca a tus objetivos y empiezas a buscarle sentido a todo lo que haces. 

Aprendes a organizarte más. Aprendes a decir que no a "compromisos". Aprendes a no ofrecerte para hacer cosas que sabes de antemano que no quieres hacer.

Claro que hay que seguir trabajando, estudiando, atendiendo la casa y a los hijos, pero también descubrí que puedes seguir haciendo lo mismo, con más calma, con pausas, con pequeños descansos que te relajan, te distraen y te permiten retomar tu chamba con una energía renovada.

Ahora cuándo me tengo que subir al coche y me empiezo a frustrar o enojar por tener que volver a salir, hago una pausa y analizo: ¿por qué voy a hacer esto? ¿a dónde me lleva? ¿es necesario? ¿lo voy a disfrutar? ¿es importante para mis hijos? ¿me acerca a mi objetivo? ¿me ayuda a crecer como persona? y cuando le encuentras sentido, inmediatamente se aligera y no te pesa tanto hacerlo.

Y si no tiene sentido, es fácil elegir no hacerlo.

Esto no quiere decir que haya dejado todas mis actividades y ahora me dedique a escribir y a disfrutar. No para nada. Sigo trabajando y estudiando y organizando cursos y eventos y chambeando desde mi casa, y a veces hasta desvelándome para poder terminar trabajos y pendientes. Y siento que tengo demasiadas cosas encima y que podría simplificar mis actividades todavía más. Pero ya no corro tanto. Ya no contesto "ocupada".

Sé que me falta todavía mucho camino para ser el ser relajado y que no se estresa nunca que me gustaría llegar a ser. Pero el simple hecho de que ahora me pregunten como estás y pueda decir "bien", y que el responder "ocupada" ya no resuene conmigo, para mi es maravilloso!

Tú como estás?