Simplificar, minimalismo y "cero residuos"


Este blog ha sido testimonio de un proceso en el que me he visto envuelta este ultimo año, un registro de lo que me ha movido y lo que ha ido pasando por mi cabeza. Un recuento de los pequeños cambios que he hecho con mi familia para mejorar la calidad de nuestra vida.

El primer paso fue reconocer lo que me tenia mal, lo que no me gustaba y aceptar mi responsabilidad, porque solo nosotros somos responsables de todo lo que nos pasa.

Me di cuenta que no estaba haciendo lo que me gustaba, que no tenía tiempo, que siempre estaba "ocupada" y que los excesos de cosas y los distractores estaban en todos los aspectos, no solo visualmente, también emocional, laboral y socialmente.

Comencé simplificando lo material: eliminando todo lo que no ocupábamos, lo repetido, lo viejo, los "por si acaso", sacando, reciclando, regalando y separando algunas cosas para vender. La sensación en la casa después de este paso ha sido de paz, armonía y tranquilidad. Nos ha hecho apreciar más nuestras posesiones, valorándolas como lo que son: objetos que usamos o que nos traen belleza a nuestras vidas. Nos ha hecho reconsiderar cosas antes de comprarlas al saber que realmente no las necesitamos y ser mas creativos con el uso que le damos a lo que tenemos.

Este paso me llevó al siguiente: simplificar mi agenda: dejar de hacer tantas cosas. Reuniones, clases, actividades por compromiso,... decidí dedicar mi tiempo solo a lo que realmente nos interesaba y a nuestras personas importantes. A hacer lo que nos acerca a nuestros objetivos.

Empecé a tener tiempo y calma, sin distracciones, lo que me permitió conectar conmigo, sentirme, empezar a apreciar los pequeños detalles que en el correr diario pasaban desapercibidos. Empecé a disfrutar el tener momentos de "no hacer nada" sin que me causaran el conflicto de antes donde sentía que estaba "perdiendo el tiempo". A meditar un poco, a darme tiempo para sentirme, para temblar y liberar. 

Realmente eliminé mucho de lo que no quería para quedarme con las cosas que nos importan.

Cuando mueves tantas cosas (que se han ido moviendo poco a poquito, paso a pasito, que es la única forma de empezar algo nuevo y cambiar) tu conciencia cambia. Cuando conectas realmente contigo mismo, se mueve toda la energía a tu alrededor y creces y te vuelves parte de un todo. Empiezas a ser mas consciente de lo que sucede a tu alrededor.

Siempre hemos tenido una conciencia ecológica. Separamos la basura, tenemos composta, reciclamos todo lo que se puede, ahorramos agua, desconectamos todos los aparatos cuando no se están usando y solo prendemos la luz en las habitaciones en las que estamos. En casa tenemos focos ahorradores, calentador solar y filtro de agua. Creamos arte con materiales reciclados. Y lo hemos hecho siempre de una forma consciente pero sin fanatizar con el tema.

Hoy aparte de ser minimalistas (hablando de un minimalismo racional como lo define Joshua Becker de Becoming Minimalist, no de un minimalismo extremo), queremos empezar a vivir produciendo "cero residuos". 

Es increíble como cuando estas en tu centro, cuando tienes claridad en lo que quieres y buscas, el universo conspira para que lo encuentres. 

A pesar de que hemos dejado de hacer muchas compras innecesarias, de aprovechar mas los recursos que tenemos, hay cosas que no podemos dejar de consumir. Pero siempre me ha parecido muy frustrante, llegar del supermercado, empezar a guardar las cosas y ver la cantidad de basura que sale de lo que acabamos de comprar: las cajas del cereal, los empaques de las galletas, del arroz, del jamón, las bolsas de la fruta, verdura,... empaques, empaques, empaques!!!!

Mucho se puede reciclar, pero muchas cosas no y seguimos generando basura.

Hoy me he encontrado con un estilo de vida llamado "cero residuos". Encontré el maravilloso blog de Bea Johnson donde demuestra como se puede vivir sin generar basura. 

Es un cambio complicado y como todos los cambios que hemos tenido vamos a intentarlo poco a poco, a ver que tal funciona y como nos sentimos. 

Vamos a evaluar a conciencia el tipo de empaque que traen las cosas, antes de considerar la compra. Vamos a tratar de comprar lo más posible a granel, re usando envases que ya tenemos para guardar lo que compremos. A preferir productos enlatados y en vidrio a empaques plásticos que no siempre se reciclan. A usar las bolsas de tela siempre. Adiós bolsas de plástico, empaques y unicel!


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