Me cansé de correr todo el tiempo.
Me cansé de estar siempre ocupada.
Hace poco caí en cuenta que cuándo me preguntaban "¿cómo estás?" mi respuesta era "ocupada" o "corriendo". Un día de plano alguien me preguntó y contestó por mi "corriendo como siempre, verdad? siempre estás ocupada". Lo odié.
Ahí fue cuando empecé a escuchar mis respuestas y a observar todas mis actividades y me di cuenta que me chocaba. Me chocaba correr todo el día, me chocaba siempre estar embarcada en ochenta cosas al mismo tiempo, de un lado para otro, haciendo sin disfrutar. Y lo más frustrante fue darme cuenta de que yo elegí estar así! Era mi decisión, mi elección.
Entonces decidí parar y analizar todo lo que hacia. En el mejor momento. En una etapa en la que tengo claro que mi vida necesita simplificarse, que necesito hacer pausas, que yo elijo.
Lo padre de tener claro lo que quieres, de saber a dónde quieres llegar, es que puedes enfocarte en lo que te acerca a tus objetivos y empiezas a buscarle sentido a todo lo que haces.
Aprendes a organizarte más. Aprendes a decir que no a "compromisos". Aprendes a no ofrecerte para hacer cosas que sabes de antemano que no quieres hacer.
Claro que hay que seguir trabajando, estudiando, atendiendo la casa y a los hijos, pero también descubrí que puedes seguir haciendo lo mismo, con más calma, con pausas, con pequeños descansos que te relajan, te distraen y te permiten retomar tu chamba con una energía renovada.
Ahora cuándo me tengo que subir al coche y me empiezo a frustrar o enojar por tener que volver a salir, hago una pausa y analizo: ¿por qué voy a hacer esto? ¿a dónde me lleva? ¿es necesario? ¿lo voy a disfrutar? ¿es importante para mis hijos? ¿me acerca a mi objetivo? ¿me ayuda a crecer como persona? y cuando le encuentras sentido, inmediatamente se aligera y no te pesa tanto hacerlo.
Y si no tiene sentido, es fácil elegir no hacerlo.
Esto no quiere decir que haya dejado todas mis actividades y ahora me dedique a escribir y a disfrutar. No para nada. Sigo trabajando y estudiando y organizando cursos y eventos y chambeando desde mi casa, y a veces hasta desvelándome para poder terminar trabajos y pendientes. Y siento que tengo demasiadas cosas encima y que podría simplificar mis actividades todavía más. Pero ya no corro tanto. Ya no contesto "ocupada".
Sé que me falta todavía mucho camino para ser el ser relajado y que no se estresa nunca que me gustaría llegar a ser. Pero el simple hecho de que ahora me pregunten como estás y pueda decir "bien", y que el responder "ocupada" ya no resuene conmigo, para mi es maravilloso!
Tú como estás?
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